Entre mis manos.

Me gustó escucharle, porque cuando habla con la seguridad y la certeza de su ser, mis oídos escucharon poesía.

Me fue un placer verle, porque indudablemente mis ojos congratularon de ver en usted una pintura inefable, perfecta.

Me satisfació tenerle en un mismo lugar, porque ese simple más gratificante encuentro, inspiró a mi ser...

De saberle ver en el negro de sus ojos color noche, que los mismos me dicen, que usted viene de otro tiempo.

Es usted, un remanso a los sentidos.

Pensaba en de dónde vendría, en el secreto de unas manos tan suaves, tan nuevas.

Pero no pregunté nada, sigue siendo el enigma inconsciente, indescifrable, inaccesible....

-Nina Andrade

(Foto:Lolita,1955)