Cielo rojo

Girasol de invierno, girasol que divagas en mi cielo y creas infierno.

Llama de vida que ardes en mi fuego y me acaricia con el presagio de tus silencios.

Perpetua se manifiesta tu sonrisa discreta en el velo de mi anhelo.

Dulce condena que llevo al amarrarme a tu dulce encuentro, donde no existe augurio que por un beso eterno no valga.

Te quedes vida mía junto a aquello que mi destino espera, háblame, deja que el viento hable de nosotros y de aquello que ya hemos sabido reconocer entre el pensare de mis adentros.

La soledad, la ausencia ha tejido una red de calvarios sin sentido, aun no entiendo por qué la nieve es la que puede tocar tu piel y no mis labios que procuran tu ser.

Aún te imagino tras esa ventana del tren que nos vio decir adiós y aquella estación de autobús que se volvió a despedir hasta la noche de hoy.

Desprendiendo las alas, arropándome con el beso de aquel secreto que me vino a encontrar.

Solitaria, no hay corazón que alcance mi sentencia, enjuiciada por el peso de una presencia lejana que me acobijó aquella mañana.

Eres sol que aclara de día el color de un turquesa que llevas en la mirada, muso eterno, muso de humo, muso desde este verso.

Añoro el tacto de tu mano sobre esta hoja de papel y estos trazos de tinta, porque si también me piensas, me manifiestas.

Destello de tu presencia, iluminas la escena que he cargado de suspiros al imaginarte en esta realidad.

Te imagino tomando una copa frente a este micrófono que solo exaspera versos que algún día podrás interpretar.

Desnuda mis instintos desde los recuerdos, ayúdame a crear un nuevo sol en el espacio.

El invierno pasa, nos volvemos más complejos, hay tanto que decir y no puedo.

Juego abrumador, destino que pesa cuando cae la noche y mantenemos sobria la memoria.

Mi corazón aguarda de ti una palabra, un gesto, una expresión, que aunque callada me grite y me diga que me acompañarás de nuevo en esta dimensión.

Tu juventud es fruto de aquello que creo que entiendo, eres la marea que crea y destruye mi racionalidad desde aquel primer destello.

Apaciguándome las fuerzas cada vez que tus pensamientos se cruzan por mi presagio, te extraño.

Flor que es tu espejo, reflejo idóneo de las estrellas, de mi cielo rojo, de aquello que aún espero y pienso.

¿Cómo olvidarme de ti cuando aún espero?

-Nina Andrade

España, 2023