Mar de plata

Nos hemos vaciado el alma de prejuicios,

no tan lejos de encontrarnos frente a frente a nuestros cuerpos.

Materia que envejece, florece y se transforma.

Fuera del estereotipo mundano,

amando la libertad del ser y a todo aquel que decida caminar a mi lado.

Le he dado la vuelta al mundo a partir de aquel primer tacto.

Una bella mirada color cielo, una sonrisa como una galaxia que explota y se expande al expresar su voz.

Un nuevo encuentro dentro de mi espíritu, fascinante como la propia existencia.

He dejado fluir mi esencia mientras el mar de plata acaricia mis piernas.

He conectado con distintos universos y sus diferentes matices,

caminando a pasos ligeros soltando todo lo que duele, transformando mi ser.

Bailando en el infinito, con esa lírica perfecta.

Donde la poesía y nuestra canción se encuentran.

Una tormenta que me hizo despertar y apaciguó mis sueños marchitos.

He evitado a toda costa buscar en la nada y he comenzado a convertirme en todo.

Me encuentro bajo la lluvia que derrocha todos los placeres de mi piel y me recuerda que estoy aquí.

He marcado mis huellas en la arena que dirige mi presente y pone al acecho mis recuerdos.

En el ocaso de una vida aturdida por las olas,

una consciencia renovada abre las puertas a un mundo mágico desconocido.

Palabras dulces y desenfrenadas cubren de nuevos acordes mi alma.

Donde la flama del amor me encuentre y me acaricie en su suave beso, cálido y esperanzador.

Como aquel astro de luz que recorre el cielo, como uno mismo.

Volando libre, volando en paz.

-Nina Andrade

(Patzcuarito, Nayarit 04/03/2023)