Hombre de humo
- Daniela Alejandrina Pérez
- 15 abr 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 26 jun 2024
Cuando el viento besa mi mejilla
y la lluvia pega contra el asfalto.
Llorando en silencio, desgarrando nuestros cuerpos en la nada.
Cuando en medio de la noche aúlla esta soledad tan cargada de ti.
En el misterio de los sueños,
encuentro mi corazón inerte.
Cazando sombras en el desierto,
despilfarrando el tiempo tratando de esquivar la tormenta que llevo por voz.
Cuando en el reflejo se desvanece aquella figura aun pegada a mi cuerpo.
Frágil materia, sigilo inesperado.
Embriaguez de austeridad,
solemne condena de aquel amor vestido de efímeros amaneceres.
Tengo tanta carga de remembranzas,
ya lejanas a tus oídos.
Dulce placer yace sobre mis pies,
mientras el humo desaparece entre las nubes.
Todo se desvanece como si jamás hubiese existido,
solo habito esta memoria que escribe para romper sus cadenas.
Somnífera noche en vela,
pensando que esta vez no callas y te quedas.
Amanecer oscuro,
destruye el tormento que has creado.
Extravío la razón cuando la luna toca tu rostro.
Distingo tu fragancia en el tugurio de nuestras ultimas palabras.
Esclava de tu tacto dormido,
añoranza de mi muso de humo,
he aquí la flor de primavera
frente al ocaso de tu vida.
Sueños prósperos encapsulados en una sociedad artificial.
Gritos de delirio,
caótica realidad,
envuélveme en tu cálido beso como si nuestra luz nunca se pudiera apagar.
-Nina Andrade

Imagen: "Smoke" - Basilovich.
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